¿Cuántos discos de jazz en México?
La Biblioteca Henestrosa le invita a la presentación del libro:
Catálogo casi razonado
del JAZZ en México
De Antonio Malacara Palacios
Presentan el autor y Oscar Javier Martínez
Palomazo de los jazzistas
NUNDUVA YAA ENSAMBLE
ANA DÍAZ
y STEVEN BROWN
Sábado 24 de junio, 2006
20:00 horas • Acceso libre
B I B L I O T E C A H E N E S T R O S A
Porfirio Díaz 115, esquina con Morelos, Centro Histórico
Tel. 516-9715, fax 516-9750
A PESAR DE LOS EMBATES, EL JAZZ EN MÉXICO ESTÁ EN MANOS DE LOS MÚSICOS Y EL PÚBLICO: ANTONIO MALACARA
"El jazz en México ha quedado en manos de sus protagonistas (los músicos y el público) y de algunos trasnochados de la radio y el periodismo. Juntos, lo han mantenido vivo y vigente a lo largo de seis décadas. No importa que su ser y su estar se deslicen a contracorriente, que recurrentemente luzcan envarados, que los baches se multipliquen o que los esfuerzos individuales no lleguen a articularse entre sí".
Ese es el panorama de una serie de centelleos aislados que aún no pueden considerarse como un movimiento, según Antonio Malacara, autor del libro Catálogo casi razonado del jazz en México, un recuento de los discos y casetes editados por los jazzistas nacionales entre 1948 y 2005, el cual se dará a conocer en Oaxaca el sábado 24 de junio a las 20:00 horas, en el patio principal de la Biblioteca Henestrosa.
El jazz nuestro de cada día –agrega- está y ha estado presente en la más pura e importante de sus manifestaciones, que es la obra misma de sus creadores. Antes lo estuvo a través de la depurada técnica instrumental y el emotivo poder de improvisación con que los pioneros locales recreaban el decir de los jazzistas norteños.
Cultura del riesgo
Para Malacara la realidad jazzística mexicana, presente como un elemento intrínseco y cotidiano del quehacer artístico, ha pasado de ser sólo un puñado de heroicos sobrevivientes, a una pléyade de artistas y protagonistas de la cultura del riesgo, cuya presencia se ha hecho patente con conciertos que llenan bares, teatros, plazas o auditorios escolares.
"Más allá de mexicanismos, el nuevo jazz nacional sigue explorando y recreando el sonido y el silencio con la más absoluta de las libertades, desde un punto de vista universal que, a pesar de los embates mercantiles, la ignorancia gubernamental, el malinchismo a mansalva y la carroña doméstica, no ha podido ser aniquilado y, de hecho, surge como una forma de redefinir la civilización y el arte del sonido en el siglo XXI", señala el autor.
El Catálogo casi razonado del jazz en México, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, la Delegación Tlalpan, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez y el Instituto Zacatecano de Cultura "Ramón López Velarde", también incluye una selección de notas periodísticas, publicadas por Malacara en el diario La Jornada y en la revista Conecte, material que sirve para contextualizar los registros catalogados.
Este libro reúne a 246 solistas y grupos, así como alrededor de 682 títulos de fonogramas, en donde no pueden faltar los nombres de Juan José Calatayud, Magos Herrera, la Super Big Band de Pepe Mata, Popo Sánchez, Eugenio Toussaint, Muros de agua, Betsy Pecanins, Iraida Noriega, Alfredo Marichal, Hilario y Micky, y Margie Bermejo, entre otros.
El ejemplar, explica Malacara, "empieza con el disco Cita para bailar, de Luis Alcaraz, que muy poca gente reconoce como jazz, conceptualmente es muy forzado, pero en sus discos hay covers a Duke Ellington, Glenn Miller y otras cosas..., pero la Orquesta de Luis Alcaraz los críticos de la revista Metronome en los años 40 la ponen entre las mejores 10 big bands del mundo, para ser más específicos era la número cuatro. De esta orquesta salió Tino Contreras, Víctor Ruiz Pazos, Pablito Jaimes, en fin todos los que hicieron lo que se llamó jazz moderno en México, eran de la Orquesta de Luis Alcaraz.
El investigador precisa que además "ha habido jazz en México todo el tiempo, durante la época de la Ley Seca en Estados Unidos los músicos del sur de Estados Unidos e inclusive de Nueva Orleáns venían a Tamaulipas y Tijuana a tocar y emborracharse. El movimiento de jazz de los 20 se da también en la frontera norte de México, donde encuentra un campo fértil, se hicieron muchas grabaciones de bandas mexicanas".
Al realizar este trabajo el periodista descubrió "que existen muchos grupos de jazz en provincia, desde Yucatán hasta Tijuana; inclusive hay los que, como Atril Cinco o Non Jazz, tienen una decena de discos editados, que tocan y que disfrutan ser músicos".
Todos ellos se presentan por medio de un catálogo, en cuyas fichas aparece el nombre del grupo o solista, el título del fonograma, la compañía grabadora, el año de edición, el formato (caset, disco compacto, extended play, long play, maxisencillo, doble o triple). Si se trata de una reedición, aparece la compañía, la fecha y los créditos de diseño y fotografía en caso de que haya cambiado la portada.
Enseguida aparece una discografía ordenada por artista y después una gran lista con los nombres de todos los intérpretes que se mencionan en el libro, seguida de un anexo que exhibe 491 portadas de diferentes épocas.
Cabe señalar que dentro de esos nombres y materiales, están incluidos artistas extranjeros que han desarrollado gran parte de su carrera en México, así como aquellos que no sólo se han dedicado al jazz puro, sino que también han experimentado dentro de otros géneros.