QUE DIEZ AÑOS NO ES NADA...

¿A DÓNDE VA NOCHES DE JAZZ?

Para la banda de Zonproducciones:
Oso, Flaco, López, Negro, Clari, Jerga.

A Ikram Antaki, que siempre está ahí para
llamarme a la mesura.

El lunes 31 de julio de 2006 iniciamos la semana en Noches de Jazz con una revisión de la vida y la obra de Jelly Roll Morton, con grabaciones hechas para la Biblioteca del Congreso en 1929. Al día siguiente, dentro de nuestra serie Perfiles del Jazz Mexicano transmitiríamos un informe sobre el Séptimo Festival Internacional de Jazz celebrado días antes en la ciudad de Puebla. Ya no se pudo. La Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión era tomada ese primero de agosto por un numeroso grupo de mujeres pertenecientes al movimiento que busca la remoción del gobernador Ulises Ruiz, quienes empezaron a transmitir sus mensajes justo a la hora de Noches de Jazz, y quienes días después rebautizaron al 96.9 de FM como Radio KC-Rola.


Se interrumpió así, abruptamente, la marcha que habíamos iniciado diez años atrás, cuando bajo la dirección de Héctor Parker CORTV le abrió las puertas a un minúsculo proyecto llamado “Jazztuvo”. Estela Jurado, a la sazón directora de la Asociación Radiofónica Oaxaqueña, se arriesgó a creer que detrás de los pelos largos y las botas sin lustrar de aquel muchachito arrogante que le hablaba había un afán verdadero de hacer radio, más allá de compartir un gusto musical.

Diez años después aquél programita de media hora semanal se había convertido en una emisión diaria de sesenta minutos, con prestigio internacional y con todo un público generado a partir de la propia emisión.

Era en este 2006 cuando esperábamos consolidar más proyectos para el futuro. Alcanzamos así a completar un ciclo de cine muy exitoso y la presentación de un catálogo; todo ello realizado en colaboración con la biblioteca “Andrés Henestrosa”. Lo otro, los conciertos, el homenaje a Eugenio Toussaint, la presentación de nuestra página web y un par de eventos más tuvieron que cancelarse.

Noches de Jazz está fuera del aire y han sido innumerables las muestras de cariño que hemos recibido desde aquel último programa, lo que nos confirma una vez más aquello que supimos siempre: que la permanencia al aire de nuestro programa se ha debido en primer término al interés de quienes noche a noche nos han sintonizado. Este proyecto de comunicación ha sobrevivido diez años a pesar de la indiferencia y el desinterés de algunos administradores de la emisora, a pesar de envidias y maledicencias, de la mediocridad que siempre ha pululado en el ambiente de ARO y que se pegostea tan fácilmente. A ellos les agradecemos habernos permitido, con su falta de atención y sus malas vibras, desarrollar un proyecto ferozmente independiente, crítico, propositivo y ajeno a los vaivenes de la polaca y el servilismo que todo lo corrompen. Y claro, agradecemos a los otros, que apoyaron con un comentario, una palmadita en el hombro, un guiño o simplemente un saludo cordial; a los que necearon para seguir pagando un boleto de autobús para viajar a un festival; a los que creyeron que el oficio de realizador radiofónico es justamente eso: un oficio, y que merece una retribución económica. A ellos queremos decirles gracias; los unos y los otros saben perfectamente quienes son.

¿Qué sigue ahora? El compromiso laboral sin duda alguna, pero anexo a ello la convicción de continuar siendo independientes, críticos y propositivos; fieles al principio rector de nuestra producción: hacer una radio con carácter social, nunca simple entretenimiento; mostrar que el jazz, hijo putativo de nuestro siglo XX, refleja también sus contradicciones, sus temores, sus angustias y sus anhelos.

Quienes hacemos posible la realización de Noches de Jazz estamos ciertos de que algo se ha generado en estos diez años; se vislumbran los frutos pero no seremos nosotros quienes con arrogancia los mencionemos. Oaxaca seguirá teniendo Noches de Jazz y nosotros seguiremos atreviéndonos a soñar que otro mundo es posible; y que -como dijo alguien por ahí- este país merece un mejor destino.

Salud en estos días de lluvia y humo de barricadas. Nos escuchamos pronto. ¡Pendientes todos!