DÍAS DE RADIO

Queridos amigos:

Han sido innumerables las muestras de cariño que he recibido de los escuchas que extrañan Noches de Jazz.

Quiero decirles que yo también extraño mucho ese ejercicio vital; quienes me conocen saben de mi amor por la música y de mi interés en mantener el programa como un puerto franco a la reflexión, la crítica y el ejercicio de la libertad.

Comparto la preocupación de muchos de ustedes por los acontecimientos que suceden en Oaxaca, y de manera personal me sumo a la demanda de paz y de reconciliación que reclaman muchas voces, pero también apoyo la idea de un cambio en las estructuras que nos gobiernan. Esta ciudad, este país, se merecen un mejor destino.

Les adelanto este escrito que refleja mis pensamientos y reflexiones de las últimas semanas. Este texto se publicará en el siguiente número de la revista Mujeres.

Estoy convencido que más allá de la adversidad el espíritu del jazz y de la radio con responsabilidad social seguirá vivo y creciendo. Nunca nadie podrá amordazar la voz el corazón; y como dijo Arturo Meza:

Debe haber un lugar donde poder vivir en paz

Y ganar con tu sudor el pan

Y amar a todo cuanto vibre

(porque)
Amar es nuestra meta

Que Dios los bendiga

Siempre jazz:

oxama

agosto de 2006

LA RADIO LADRA

Oscar Javier Martínez

Como si hubiese necesitado de la estridencia de las balas; como si el picor del gas pimienta hubiese revuelto sus entrañas, la radio pública despertó de su letargo de años con convulsiones de parturienta, con el frenesí violento de una tromba.

¿Dónde estaba la radio pública en Oaxaca antes del 14 de junio? Si es que estaba en algun sitio… porque, ¿llamar radio pública a un medio estatal que sólo pregona las bondades del sistema, frente a la enorme y complejísima realidad de la sociedad en la que se encuentra inmerso es correcto? ¿llamar radio pública a una emisora que de universitaria sólo tiene el nombre, y que ha sido rehén por años de las veleidades de sus directivos y de los sindicatos, al grado tal de casi estrangular su programación, como si la intención fuese hacerla morir de inanición?

¿Estamos en presencia de la muerte de la radio pública en Oaxaca?

La Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV) Y Radio Universidad nunca volverán a ser las mismas desde que las organizaciones sociales, hartas de cuentos de hadas, decidieron hacer oír su voz y convertir en realidad los slogans escuchados hasta la saciedad: Una radio universitaria, Una radio que une a Oaxaca.

Imaginemos un escenario: mañana por la mañana nos despertamos con la noticia de que Radio Universidad y CORTV han sido “liberadas”. Yo me pregunto: ¿quiénes serán los que tomarán las riendas de dichas emisoras? ¿Qué música programarán? ¿qué comentarios harán los locutores en sus turnos? ¿de qué tratarán los programas? ¿de qué hablarán los noticiarios? ¿volverán los programas que escuchábamos en la placidez de los días en que una calma chicha reinaba en la ciudad?

Un fantasma recorrió siempre la radio pública en la Entidad: el fantasma de la mediocridad; el fantasma de la miopía de quienes tuvieron en su poder los medios al servicio del pueblo pero nunca supieron qué hacer son ellos; el fantasma del servilismo que transa con la conciencia para quedar bien con los jefes en turno, con el gobierno en turno, con el interés en turno; el fantasma del miedo que amordaza; el fantasma de la autocensura, del callarse y no ver –normal en el ciudadano común, gravísimo en el comunicador por profesión y vocación- que la realidad es más que media hora al aire, mucho más que una rola de protesta o un “servicio social” (Al público en general se le solicita su cooperación para localizar la honestidad del funcionario fulanito; dice que la perdió mientras entraba a tomar posesión de su cargo, cualquier información se les agradece de antemano, gracias muchas y amén)

¿Y ahora?

Lo dicho. La radio ya no será la misma, nos guste o no; y mientras proyectos emergentes se posicionen como una alternativa -radios piratas, radios comunitarias, radios por Internet, radioblogs, mas lo que la tecnología nos depare esta semana- los viejos formatos irán cayendo en el olvido, avasallados por el comercio voraz de los medios corporativos, quienes en complicidad con los legisladores de este sufrido país han asestado un golpe mortal a la radio pública con la llamada ley televisa.

La radio ladra, y puede morder, pero será con formas nuevas, con inteligencia y creatividad. Si no es así, será como el perro del refrán, que ladra, pero no muerde…